Trabajar en equipo es trabajar, en equipo. Punto. No es una habilidad per se. Es un comportamiento. Es trabajo, en equipo. Del jefe depende que su equipo trabaje, en equipo (en lugar de que cada colaborador trabaje, individualmente). Algunas habilidades (como: dar y recibir feedback, comunicación, incluyendo el escuchar) ayudarán a un mejor trabajo, en equipo. Es el líder quien activa el trabajo en equipo. He escuchado a jefes quejándose de su equipo: “no trabajan en equipo”… No deja de ser una queja indirecta a sí mismo.
Hace unos años, tuve la gran oportunidad de trabajar en un departamento en el que éramos unas setenta personas, de unos veinte países distintos, a quien mas profesional en sus conocimientos y en el manejo de las relaciones. Fue realmente “uau!” trabajar con ellos. Y si no fuera por mis sueños de dar continuidad a mi carrera profesional, no me hubiera ido, porque era un equipo del que uno nunca querría salir. Fue una super-experiencia, quizás la única que tuve, de trabajo en equipo, auténtico, completo. Había espíritu de equipo, que aumentaba mi compromiso día a día: tenía que colaborar con lo mío, así como los demás aportaban lo suyo.
Diría que la falta de trabajo en equipo es actualmente uno de los principales problemas en la mayoría de las organizaciones. En mis diversos trabajos, lo veo en empresas pequeñas conducidas por su propietario, en medianas, en grandes y hasta en multinacionales. Y he visto empresas con culturas que responden a varias nacionalidades: el problema no cambia.
Necesidad vital, como el agua
El día que un emprendimiento crece y ya no alcanza con el trabajo del emprendedor, y hay que contratar mas gente, ese día ya nace la necesidad de trabajar, en equipo: si una persona sola no puede lograr todos los objetivos, y se precisan dos o mas, esas personas deberán respetarse, comunicarse, alinearse, coordinarse, solucionar conflictos y colaborar entre ellas. Esto es, deberán trabajar en equipo.
El jefe es el artífice del trabajo en equipo
El jefe es el primer, principal y último responsable de que sus colaboradores trabajen, en equipo (o no). Veamos cuatro impulsores:
- Todo empieza con la contratación y selección de colaboradores. ¿No has visto alguna vez que se haya contratado a personas muy inteligentes, pero que no eran jugadores de equipo? Más tarde o más temprano surgirán conflictos, gente incómoda… El trabajo en equipo se resiente. Salvo en situaciones muy específicas, la sola inteligencia normalmente no alcanza.
- El jefe es el primero que debe trabajar en equipo. Los jefes que consideran que deben decir qué hacer y que eso sea hecho, piensan que con su inteligencia es suficiente para conducir. Se equivocan. Con este pensamiento, es altamente improbable que sus colaboradores trabajen, en equipo: por el contrario, lo más probable es que se limiten a hacer lo que les sea requerido que hagan, individualmente. En cambio, si el jefe “lidera” con el ejemplo y trabaja, en equipo, como uno más del equipo (en su rol, pero como uno más), es muy probable que sus colaboradores trabajen, en equipo. Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros” dice el escritor estadounidense contemporáneo Ken Blanchard. Esta frase genial, incluye implícitamente el concepto de trabajo en equipo. Potenciar la inteligencia colectiva se logra a través del trabajo en equipo, y el jefe debería ser el primero en hacerlo.
- El jefe es el responsable de construir “espíritu de equipo”, nadie más lo hará por él: no alcanza con el que jefe se proponga “liderar” a cada colaborador de la mejor manera posible a cada uno de ellos; debe construir un ambiente agradable (respeto, humildad, etc.), de relaciones cercanas y saludables, cuidando el nivel de confianza mutua, y promoviendo que todos se sientan integrados, parte de ese equipo, con objetivos comunes. En ese ambiente, el trabajo en equipo será algo natural.
- Trabajadores, en equipo, están comprometidos
Hace unas semanas, en un taller de capacitación en una empresa, un grupo de compañeros reconoció a tres de ellos como los mejores “trabajadores en equipo” de entre todos ellos. Cuando les pregunté a los indicados qué hacían para que los demás los considerasen de ese modo, me respondieron, de manera muy sencilla:
- “Trato de estar junto con mis compañeros.” Podría resumirse incluso en “estar”. Hay gente que no “está”: que tiene su propia agenda, o que tiene una “agenda oculta”, o que está físicamente, pero su mente está en otro lado. “Estar” es estar atento, presente, pendiente, importarse.
- “Ayudo siempre a buscarle la vuelta a lo que tenemos que hacer.” Podría ser la definición de “colaborar” para hacer que algo suceda, y no quedarse mirando cómo los demás intentan y siguen intentando. Aportar esa ayuda, una mente más a la resolución de un tema.
Estos son comportamientos de colaboradores comprometidos: les importa su trabajo, se preocupan por que las cosas sucedan, y que sucedan bien, están dispuestos a hacer un kilómetro extra para ello. Y generar compromiso es también tarea del jefe. No alcanza con pedir compromiso (¿ya escuchaste a algún jefe pedir “Comprometete”?
Un emprendimiento de una persona funciona sin trabajo en equipo. Con dos o más, el trabajo en equipo es vital como el agua. Y todas las fallas en el trabajo en equipo, son un costo puramente interno. Evitarlo, es trabajo puro y exclusivo del jefe. Y como al trabajo en equipo lo hacen las personas, ese trabajo no es sencillo. Un desafío más para los jefes: sigue demostrándose que ¡para ser jefe no alcanza con lo técnico! ¡Y menos aún para ser líder!
Hernán R. Rocha
Consultor organizacional, facilitador, entrenador, coach.
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