No alcanza con hacer la danza de la lluvia para hacer que las cosas pasen. Hay que provocarlas para que pasen. Miremos si no el caso, ya icónico, de Blockbuster versus Netflix. Blockbuster llegó a ser la empresa de videoclubes más grande del mundo. Hacia 2004 tenía 9.000 videoclubes. Quedaban tres, y en agosto pasado cerraron dos, ya queda sólo uno. En sus años gloriosos, Blockbuster tenía a Netflix como un competidor, menor. Netflix comenzó a planificar, en ese entonces, un futuro distinto, a partir de los errores de Blockbuster. Hoy Netflix tiene más de 130 millones de sucriptores en todo el mundo. ¿Cuántos clientes tendrá el último videoclub de Blockbuster?
Los planes se desactualizan
Era mi primer reunión con el propietario de una empresa, me estaba presentando y ofreciendo mis servicios, en los inicios de mi trabajo como consultor organizacional. Y minutos después escucho una frase, ya clásica (es que la sigo escuchando a menudo): ¿y para qué vamos a planificar, si a los tres meses cambia todo y el plan no sirve mas?; no es sencillo contestar esa pregunta a un empresario que le está yendo bien, sin contradecirlo ni hablar desde una posición que, posiblemente, pueda ser juzgada como soberbia.
Debemos planificar A PESAR DE que a los tres meses la realidad pueda cambiar, suelo responder, sin reconfirmar que “la realidad va a cambiar”, sino potenciando la idea de que “la realidad puede cambiar”. Es posible que algo cambie. Pero es menos probable que en algunos pocos meses cambie toda la realidad y nada de lo planificado sea útil. Si algo cambia, habrán piezas de lo planificado que deberán ser revisadas, pero no todo.
Una de mis frases favoritas en relación a la planificación, es del General Eisenhower, comandante de las fuerzas aliadas occidentales en Europa que logró la rendición de Alemania, y posterior Presidente de los EEUU (1953-1961) –alguien con bastante autoridad para hablar de planificación, ¿no?-:
«Nunca, ninguna batalla fue ganada de acuerdo al plan, pero nunca, ninguna batalla fue ganada sin uno… Los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable»
Los planes son trabajo de laboratorio, y las batallas se ganan en la cancha
Otro de las explicaciones que suelo escuchar, que se interponen con la idea de planificar, es: no quiero que mi gente gaste tiempo planificando; tengo miedo que se pierdan en la planificación y de que después me digan todo el tiempo que están planificando; las batallas se ganan en el campo de batalla, no en un laboratorio. Tampoco es fácil responder esta afirmación.
La empresa debe ser práctica, ágil, y debe estar focalizada en ese “campo de batalla”, y adicionalmente, en algunas instancias por año, el equipo de líderes debería sentarse tranquilo, y colectivamente pensar y alinearse en cuales serán esos “campos de batalla” en los que dedicarán sus energías los meses venideros. Si los líderes no consensuan entre todos dónde quieren focalizar sus energías, es posible que cada uno elija dónde usar la suya, y finalmente, haya muchas acciones desalineadas y/o hasta contrapuestas.
Luego, sin dudas, habrán también momentos en los que los responsables de esos objetivos deberán aislarse algo del día a día, y trabajar para que esos objetivos estratégicos, sucedan; y si, eso puede implicar salirse un rato mas de la “cancha”, pero debería ayudar a jugar en mejores ligas mas adelante.
Planificamos y luego nadie hace nada
Una tercer respuesta a la idea de hacer una planificación es: ya nos pasó de que estuvimos dos días planificando, y después nadie hizo nada, gastamos tiempo y dinero para nada. Nuevamente, tampoco es fácil responder esta afirmación.
Probablemente quien pasó por eso no fue bien asesorado en cuanto a la importancia de darle seguimiento al plan realizado, o la vorágine del día a día “se comió” esas instancias de seguimiento, o su equipo no fue entrenado para ejecutar la estrategia.
Toda planificación estratégica debe complementarse con pensamiento estratégico (tarea de todos los días, y que ayudará a una mejor planificación), y con ejecución estratégica (tarea también de todos o de casi todos los días: ejecutar lo planeado).
Dependiendo del tamaño de la empresa y de los objetivos estratégicos establecidos, los líderes podrían requerir que se utilice alguna metodología de gerenciamiento de proyectos (mas simple o mas completa) como herramienta para facilitar la ejecución estratégica, y evitar frustraciones mas adelante. Esta metodología ayudará a dar seguimiento a los objetivos estratégicos (para que no caigan en el olvido), hasta la próxima reunión de planificación.
Pensamiento, planificación y ejecución estratégicos
Trabajé 16 años en una empresa multinacional y en unos 12 de ellos tuve la gran oportunidad de participar en reuniones trimestrales de planificación y ejecución estratégicas: una vez por año se cerraba el plan anterior, se abría uno nuevo, y en los trimestres intermedios se daba seguimiento colectivo a los objetivos establecidos, y, si la realidad cambiaba, se cambiaban los objetivos. O sea:
- Habían momentos formales de planificación.
- En el ínterin, no podíamos no hacer nada, porque en la próxima reunión íbamos a tener que contar qué habíamos hecho.
- Claramente, las batallas se iban ganando porque teníamos un plan que nos guiaba.
Pensar, planificar y ejecutar estratégicamente no es un tema solamente de grandes empresas multinacionales. Toda empresa y organización, por mas pequeña que sea, y cualquiera que sea su objetivo, debería tener su plan; hace dos años, tuve incluso la oportunidad de colaborar con una escuela, en donde hicimos un plan estratégico con la participación de los directivos, docentes y otros colaboradores.
Vuelve a mi memoria: hoy Netflix tiene más de 130 millones de sucriptores en todo el mundo.
Vuelvo a preguntarme: ¿cuántos clientes tendrá el último video club de Blockbuster?
Hernán R. Rocha
Consultor organizacional, facilitador, entrenador, coach.
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